FEUDALISMO

Es una de las palabras que con mas gusto y placer voy a definir y a escribir, como si se tratase de una enfermedad que nos ha tenido y tiene al borde de la muerte, pero que con obstinación y voluntad creemos haber vencido. (aun cuando sea una ilusión)
Durante siglos los españoles hemos estado gobernados por los señores feudales, digo durante siglos por creer que el traumatismo feudalista de los españoles dura aun en nuestros días en Esto.
La prueba del traumatismo la tenemos en gran parte de la Mancha, Andalucía, Extremadura y algunas zonas de Castilla La Vieja y La Nueva, donde aun no ha sido desarraigada la palabra amo, la palabra y hechos de amo, de amo feudal. ¡Que asco da pensar que aun existen seres que desean y les gusta que les regalen los oídos con esa palabra despreciable!.
Los señores feudales eran creados por los reyes al serles entregado un feudo en propiedad para ellos y sus descendientes debiendo ayudar a su rey o señor en la guerra y con el pago de tributos. Estos feudos –como no lo se- han llegado hasta nuestros días sintiéndose orgullosos sus descendientes de ello, sobre todo para poder decir: “Mi feudo se remonta a setecientos o mil años”. Les da derecho a presumir de un árbol genealógico, sin pensar que entonces la corrupción moral hacía ignorar, en muchas ocasiones, a los pobres niños quien era su padre ni cuantos de estos tenía.
Los pueblos y los siervos de que eran dueños fueron los primeros astronautas del Mundo, no los americanos como quieren ellos convencernos, no, fueron y son los siervos de los señores feudales a los que les podría también denominar selenitas pues si estos no viviesen en la Luna. ¿Se pueden concebir que los señores feudales sigan con su poder al cabo de los siglos, con sus tierras, sus mansiones y riquezas amasadas de una forma tan infrahumana ?.
Feudalismo, (¡Que palabra más nefasta para la comprensión y libertad del hombre!) Se puede aplicar su igualdad a la corrupción, sadismo, despotismo, rapiña y todos los epítetos obscenos que por ser de mal gusto no me agrada escribir. Es la palabra que más asco y desprecio me produce, su sola pronunciación me ocasiona revulsiones.
¡¡¡Feudalismo, te desprecio!!!